Es una asociación de personas netamente cristianas que se
unen para honrar en todas partes, con su filial amor, al sagrado corazón de
Jesús, herido tan cruelmente todos los días por el olvido, la ingratitud y los
pecados de los hombres, y para ofrecerle en los altares en que reside,
perpetuos homenajes de adoración, de amor y de reparación.
¿En que consiste?
Consiste en ofrecer una hora del día que cada asociado elige
con libertad, durante la cual sin cambiar para nada sus ocupaciones ordinarias,
va en espíritu al Sagrario a hacer guardia al Sacratísimo Corazón de nuestro
Salvador. Durante esta hora el asociado ofrece el cumplimiento de su deber,
pensando un poco mas en Nuestro Señor Jesucristo, hace un acto de amor y si
puede algún pequeño sacrificio. La medida será la intensidad del amor con que
hagan las cosas.
Y para que todos podamos responder con facilidad a este
llamado se nos pide la ofrenda y santificación de las obras diarias
principalmente las de esa hora.
Todo esto debe estar en armonía con la obligación que cada
cristiano tiene de santificar los actos mas vulgares, haciéndolos por agradar a
Dios y de cumplir su santa voluntad, manifestando una santa alegría en el
momento de consolar a Jesús. Este buen Maestro sabe quienes son los queridos
guardias que deben ir a sus pies a tal o cual hora, y su tierno Corazón los
espera para derramar sobre ellos abundantes gracias y cumplir sus promesas.
Nada de esto obliga bajo pecado, lo importante es que cada
socio siga el impulso de su corazón y de su piedad para santificar su hora de
presencia ante su Dios y Señor.
La Guardia de Honor fue fundada en el Monasterio de la Visitación
de Santa María de Bourg – en – Bresse, Francia el 13 de Marzo de 1863 por la
hermana María del Sagrado Corazón quien tuvo la idea de dibujar un cuadrante
con todas las horas del día para que cada hermana pudiera consagrar la hora que
escogiera, sin cambiar en nada sus ocupaciones, uniéndose con el pensamiento al
sacrificio de Cristo, quien se ofrece en la Cruz por la salvación de todos los
hombres con la intención de amar, reparar, glorificar, consolar al Sagrado
Corazón formando una corona de adoradores que se sucedan a través del mundo,
formando así una guardia continua ante Él.
Esta obra tuvo una gran aceptación de las hermanas y después
en las personas amigas del Monasterio, los Señores Obispos y hasta algunos
Papas que la han enriquecido con indulgencias especiales apoyando su difusión
por todo el mundo y formando parte de ella.
Objeto y finalidad de la Guardia de Honor
La Guardia de Honor tiene necesariamente el mismo objeto
esencial que las otras formas de devoción al Sagrado Corazón, que se refiere al
Corazón miso de Jesús como parte de su naturaleza humana.
El sentido que se le atribuye a la palabra corazón es doble:
anatómico y fisiológico, porque es fuente de nuestra vida física, y en el
sentido simbólico es la expresión de los sentimientos, de la amistad y del
amor. En las culturas antiguas se tomaba como el órgano central de la vida
psíquica, de su afectividad, de su inteligencia, de su bondad y maldad, de su
moralidad y conciencia, de su libertad y dinamismo interior, de sus deseos e
inquietudes, de sus penas y felicidades, pero la Guardia de Honor nos lo
muestra desde un punto de vista especial.
No es solamente el Corazón de Jesús el que presenta a
nuestros homenajes, sino al Corazón herido, visiblemente con la lanza en el
árbol de la Cruz, y herido invisiblemente todos los días por el olvido, la
ingratitud y los pecados de los hombres.
Fin de la hora en presencia ante el Corazón de Jesús es:
Curar estas heridas del Corazón de Jesús por medio de un
culto perpetuo de consuelo, con el siguiente lema: Gloria, Amor y Reparación al
Sagrado Corazón de Jesús.
1.
GLORIA – Proclamando su realeza y su reinado
social, como Rey y nosotros somos sus Guardias de Honor.
2.
AMOR – Por la entrega de nuestros corazones a
este Corazón de Amor, a la vez que tan bueno, tan amante y tan abandonado por
los hombres.
3.
REPARACIÓN – Por la práctica de las virtudes
cristianas, especialmente por la penitencia y el celo, para reparar el ultraje
del pecado y de sus deplorables efectos, y por la ofrenda que se hace a Dios
Padre de la Sangre y Agua que salieron del Corazón herido de nuestro Salvador.
¡Dios sea Bendito!
RENOVACION,
(que se recomienda hagan los miembros de la
Hora de Presencia los Viernes primeros de mes
después de recibir la Sagrada Comunión)
Dulcísimo, amantísimo y amabilísimo Jesús;
Yo ________ para dar la gloria que me sea posible
a tu Corazón adorable, para probarte mi amor
y desagraviarte del olvido y la ingratitud de los hombres
me inscribí voluntariamente y de todo Corazón en
la "Hora de Presencia ante el Corazón de Cristo". Te prometí,
con el auxilio de tu gracia, ser fiel de__ a __ a mi consignia de
sacrificio de Amor y de Reparación.
¡Divino Jesús! ¡Salvador mío y Rey mío! Renuevo
con todo mi corazón el empeño que tomé.
Dígnate, Dueño bondadoso, hacerme cada día más constante
y más fiel. Yo te pido esta misma gracia para todos los socios
de la "Hora de la Presencia", por el Corazón Dulcísimo e
Inmaculado de tu Madre, que lo es también nuestra, María Santísima.
Amén.